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sábado, 12 de marzo de 2011

Comentario de El Expolio, del Greco · Arte manierista

"El Expolio" - El Greco

Obra culmen del pintor italiano situada en la Sacristía de la Catedral de Toledo (España). Pertenece al arte del Renacimiento español en la época del manierismo en España, dado que pertenece al siglo XVI, al pintor italiano Doménikos Theotokópoulos (El Greco).  El tema central de la obra es el momento del Expolio de Cristo, es decir, el momento en su Pasión en el que le quitan el hábito rojo o púrpura que los soldados romanos le colocan junto a la Corona de Espinas antes de su Crucifixión.

Esta obra de grandes dimensiones destaca por el importante impacto visual que provoca. Existe un gran movimiento en el conjunto de la obra, una gran intensidad cromática, un juego de volúmenes y perspectivas impresionantes. La combinación cromática y los detalles de iluminación son altamente detallistas. Destaca en la obra el carácter expresivo de las figuras humanas, sus rostros y la disposición anatómica está muy detallada y es muy expresiva.

En la obra hay muchos elementos importantes a destacar, y la carga simbólica es plena.

En primer lugar encontramos la figura más destacada, la de Cristo idealizado. En la figura de Cristo (canon alargado de más de nueve cabezas) y todo lo que le envuelve se centra la obra. En primer lugar vemos su rostro sereno, mirando hacia el cielo, es un gesto de súplica y resignación al mismo tiempo, su rostro tiene una mirada en blanco hacia Dios, ésto le aisla en cierto modo del conjunto de las acciones de los hombres sobre Él. Los brazos de Cristo pretenden un gesto de sumisión frente a la retirada de su vestimenta por parte de la figura a la izquierda de Cristo, ésta, tiene un gesto de fuerza y tensión en su brazo izquierdo, notándose la musculatura. Sus gestos son dinámicos y su rostro muy realista, sus telas tienen numerosos y detallados pliegues.
Las telas de Cristo son delicadas, como si de seda se tratase, los pliegues son redondeados y en ellos se deja entrever su postura de conttraposto, con la rodilla derecha resaltada y la pierna izquierda más adelantada. Justo en los pies de Cristo observamos primero que está descalzo (símbolo de divinidad clásico), y paradójica e intencionadamente vemos a un hombre pintado en escorzo, preparando la Cruz para clavar esos pies de Cristo que aparecen muy cerca del clavo y el sitio de la Cruz en donde exactamente se iba a clavar. En esta parte inferior del cuadro vemos a La Tres Marías (María Magdalena con túnica gris y cubierta la cabeza; La Virgen María, con túnica azul símbolo de divinidad también, y cubierta la cabeza; y María, esposa de Cleofás, con túnica amarilla y cabeza descubierta), con rostros melancólicos, entristecidos. Son un mar de angustia, que miran hacia la figura antes descrita con miedo, los rostros son por tanto realistas y expresivos. Visten túnicas donde el juego de pliegues es importante y detallado.
A la derecha de Cristo aparece un hombre que desentona con el resto, es un soldado, en el que destacan los detalles de su armadura. Hay un tratamiento rico en los reflejos de la armadura, viéndose la figura de Cristo (su túnica sobre todo). Su rostro es realista pero con expresión demasiado serena.
En cuanto a las figuras y elementos detrás de la figura de Cristo vemos que, sorpresivamente sus cabezas aparecen por encima de la de Cristo, le envuelven, algo no bien visto en el arte de hasta el momento. Sus rostros son sombríos (al contrario de la figura de Cristo que es muy luminosa), expresan odio, furia y burla, por lo tanto irradian un gran sentimiento. El caos domina esta parte superior de la imagen, con figuras que se entrecruzan, lanzas y elementos dispuestos de manera no uniforme... Estas figuras llenan el cuadro, dejando el paisaje casi invisible y en un plano muy secundario (al fondo cielo nuvoso). Representan a todos los hombres y mujeres del mundo, siendo éstos pecadores a los que Cristo va a salvar en la Cruz. Observamos a algunos miembros del ejército, campesinos, ancianos, jóvenes, se ve a otros presos a los cuales ya se les ha retirado la vestimenta (justo detrás de Cristo), en uno de ellos se aprecia claramente que está limitado por ataduras de cuerda. Y se aprecia también a un personaje que señala a Cristo.

En cuanto al color, dominan los colores claros y llamativos en las figuras que se pretende destacar (como la de Cristo, en la que se ve esa túnica roja con una luminosidad muy intensa. Como en la figura de las Tres Marías con colores amarillos y azules. También en amarillo se resalta al personaje que prepara la Cruz, y en tonos verdes al que le despoja a Cristo de sus vestiduras). Las figuras del fondo son más apagadas, domina el negro, excepto en una figura destacada con capucha amarilla.
La organización del cuadro muestra figuras individualizadas y simbólicas en la parte baja de la imagen y más caóticas e irrelevantes en la parte superior.